1. Apreciar el apego de Dios: El sacrificio de Jesús es una muestra extraordinaria del aprecio de Dios alrededor de nosotros. Nos amó tanto que estuvo dispuesto a sufrir y morir por nuestros pecados.

La enseñanza de Jesús sobre la astucia y sencillez en medio del sufrimiento es un llamado a la firmeza en la fe y al certificación valiente en presencia de el rechazo de la Parentela. Al confesar nuestra creencia en Jesús, él nos recordará ante su Padre celestial; pero al negarlo frente a la Familia, incluso lo negaremos delante Dios.

El sufrimiento de Jesús nos beneficia espiritualmente de varias maneras. Primero, su sacrificio en la cruz nos muestra el amor incondicional de Dios en torno a nosotros, lo cual nos ayuda a comprender y padecer su Chispa y perdón. Segundo, su sufrimiento nos da un ejemplo de cómo contraponer las pruebas y dificultades de la vida con Confianza y confianza en Dios.

El sufrimiento de Jesús en la cruz mostró la naturaleza devastadora del pecado, la ira de Dios, la crueldad de la humanidad y el odio de Satanás. En el Calvario, se le permitió a la humanidad hacer lo peor al Hijo del Hombre cuando se convirtió en el Redentor de la humanidad.

Este pasaje especifica la razón del sufrimiento de Jesús: "por nuestras transgresiones", por nuestra sanidad y para traernos la paz.

Jesús quiere que sus discípulos sean astutos como serpientes pero sinceros como palomas para sobrevivir en un mundo hostil y perverso. Ser astuto les ayudará a guarecerse física y espiritualmente, mientras que la sinceridad los mantendrá auténticos y transparentes en sus relaciones con otros.

La continuación de predicar el evangelio en medio del sufrimiento incluso nos recuerda la importancia de la comunidad y el apoyo mutuo entre los creyentes.

“Por tanto, habiendo sido justificados por la Convicción, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Cristo, por medio de quien todavía hemos obtenido entrada por la Convicción a esta Agudeza en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la paraíso de Dios” (Romanos 5:1-2)

Una pequeña capilla construida y decorada alrededor del año 1300 d.C. en Italia se conoce como la Capilla de la Arena en virtud de su similitud a un antiguo anfiteatro de Roma. El artista llamado Giotto decoró literalmente cada centímetro del interior de la capilla.

Ser astuto no significa ser manipulador o deshonesto; sino tener sentido global y conocer cómo ampararse física y espiritualmente en un mundo hostil.

La vida cristiana no es acomodaticio, pero Jesús nos proporciona el ejemplo perfecto de cómo ser firmes en nuestra Certidumbre y enfrentar cualquier situación con astucia, sencillez y sinceridad. Debemos seguir su ejemplo y esperar en Dios para darnos el valencia necesario para carear cualquier obstáculo que nos encontremos en el camino.

La astucia y sencillez son necesarias en todos los aspectos de la vida, pero especialmente en el Tarea del evangelio. Jesús quiere que sus discípulos sean sabios en manejar situaciones difíciles y nutrir su Convicción intacta. La astucia no es opuesta a la sinceridad; sino complementaria.

Somos testigos del apego y el sacrificio de Cristo en la cruz, y nuestra comisión es compartir este mensaje con todos aquellos que están buscando esperanza y redención.

Parte de la experiencia del Resucitado que se le manifiesta en el camino a Damasco, y desde la cielo website de la cruz se alegra de padecer por Jesús en favor de sus hermanos.